Sobre el barranco del Fornocal se eleva una gran pared de piedra caliza que forma el extraordinario Portal de la Cunarda, un singular arco de piedra de grandes dimensiones en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
O Portal d’a Cunarda es uno de esos grandes tesoros que oculta la Sierra de Guara, formado por la erosión del agua y el viento durante millones de años. Es uno de los parajes más extraordinarios de la zona y sin duda la visita a esta maravilla natural sorprenderá a todos los integrantes del grupo.
La vida en movimiento
Portal de la Cunarda
Hoy es uno de esos días que pintan bien, he conseguido juntar a mis amigos para hacer una pequeña excursión en la que se pueda disfrutar del paisaje y de la naturaleza y rematar luego la salida al monte en un establecimiento cercano con productos locales de calidad, lo que hemos denominado Gastrorutas.
La ruta comienza en el pequeño pueblo de Colungo, la mañana se presenta bastante fría pero el día esta despejado por lo que invita a caminar.
Partimos de las inmediaciones del centro del pueblo, donde hemos podido aparcar sin problemas. Desde el parking cruzamos la carretera y descendemos hasta las piscinas municipales, donde tomaremos el sendero de Os Lavaderos. Seguimos en ligero ascenso, pudiendo visitar de forma opcional la fuente Lobo o el lavadero Rabiñero.
Poco después bajamos un poco para adentrarnos en una zona de huertos y tras de cruzar el barranco de los Pilones llegamos a la carretera que cruzamos.
Seguimos recto por el antiguo camino Os Carros o pista de Suelves, en ligero ascenso.
Caminamos por la pista durante poco mas de kilómetro hasta encontrar el desvío señalizado al Portal de la Cunarda, abandonando la pista, por la que posteriormente regresaremos, por la izquierda.
Nos adentramos a un sendero que desciende con ligera pendiente y que atraviesa un bosque de encinas con un frondoso sotobosque en el que destacan los coscojos, bojes, enebros o madroños.
Descendemos hasta el fondo del barranco de las Palomeras o de los Arruellos, junto al cual avanza nuestra ruta, lo cruzamos y continuamos por su sombria margen derecha durante unos minutos hasta volver a ganar altura.
Seguimos atravesando la zona de Piedras Blancas hasta llegar a una antigua cantera. Del barranco de los Aurellos se extraían antiguamente grandes ruellos (muelas de piedra) para moler las olivas en los tornos o almazaras y así obtener aceite. A este hecho debe su nombre.
En seguida abandonaremos el cauce del barranco para remontar ladera arriba por un carrascal hasta un pequeño collado de Os Arroyuelos.
En este punto nos desviamos momentáneamente de nuestro recorrido por una pequeña senda que nace a la izquierda para alcanzar el Tozal de la Enclusa, para disfrutar de una bonita panorámica de la sierra de Guara.
Contemplamos un poco las vistas y acto seguido retrocedemos hasta el collado y proseguimos en ligero ascenso por el Plano Vedado, disfrutando de una extensa panorámica sobre el Macizo de Monte Perdido.
Poco después llegamos al pinar de la Cunarda, donde nos encontraremos la bifurcación al Portal de la Cunarda.
Salimos del pinar y descederemos hacia el barranco de Chuncal o de Tacho que se precipita hasta confluir con el barranco del Fornocal, esculpiendo un espectacular cañón. Lo cruzaremos y seguimos por su margen derecha por un estrecho sendero a modo de faja por debajo de los cortados de El Torruezo con alguna zona sencilla pero algo expuesta, donde tenemos que caminar precaución.
Tras este tramo, el camino vira decididamente hacia el norte, nuestra derecha, para dirigirse hacia la profunda brecha del barranco del Fornocal. Nos encontramos cerca de nuestro objetivo, del que ya tenemos visión directa.
Al llegar a la base del Portal, nos falta un último ascenso donde puede que tengamos que apoyar las manos en algún momento. A pesar de ser sencillo siempre conviene estar atentos.
Tras poco más de dos horas de recorrido hemos llegado a este idílico rincón de Guara.
Ubicado sobre los escarpes del barranco del Fornocal, desde este gran ventanal podemos observar el silencioso vuelo de gran cantidad de buitres leonados.
Por sus paredes podemos apreciar un continuo goteo de agua que ha formado bellas columnas por depósito de carbonato cálcico.
Un lugar desde donde disfrutar de la cambiante orografía del terreno, de sus verticales murallas y del rugir de las encañonadas aguas de este barranco, uno de los más entretenidos de la zona para los amantes del barranquismo.
Y después de almorzar solo nos queda volver hasta Colungo, el regreso se realiza por el mismo camino hasta cruce del pinar de la Cunarda.
Una vez aquí, tomamos el sendero que nos llevará de vuelta a Colungo por la pista de Suelves.
Este sendero, inicialmente entre pinos, se ensancha para acabar enlazando con la pista, que tomamos hacia la derecha en sentido descendente.
Descendemos por la monótona pista de Suelves hacia Colungo, con vistas del Somontano de Barbastro.
Tras media hora, volvemos al cruce inicial que descendía al barranco de los Arruellos o de las Palomeras, donde cerraremos la parte circular de la ruta.
Por el mismo camino de ida regresamos a Colungo, desandando el kilómetro que nos queda de pista hasta la carretera y volviendo a pasar por las piscinas y la fuente, finalizando la ruta en menos de 2 horas de vuelta.
Y es ahora cuando toca nuestra merecida recompensa y para ello el lugar elegido fue el restaurante A’ Olla. Donde pudimos probar las Chiretas, un manjar típico de Colungo y deleitarnos con un sabroso chuletón regado con un buen vino del Somontano
Rutas, gastronomía y productos de la tierra son el nexo de unión de Gastrorutas, próximamente más.