La costa de Guipúzcoa guarda bonitos rincones donde se fusionan la montaña y el mar. Quizá, uno de los lugares más espectaculares de la provincia es el Geoparque de la Costa Vasca, situado en los términos municipales de Zumaia, Deba y Mutriku. Aquí podemos ver el fenómeno geológico del Flysch en todo su esplendor…
Pero, ¿Qué es el Flysch? Pues una formación geológica en capas horizontales de diferentes materiales, alternándose elementos duros y blandos, algo así como un libro en el que cada página es de un material. Esto junto a la erosión del mar, el viento y el paso del tiempo ha ido desgastando estos componentes de manera irregular, creando una imagen característica y única.
En esta ruta, lo curioso, es que esta formación además de estar a simple vista, por un movimiento tectónico se ha girado y se ha colocado en posición diferente a la habitual, estando en ocasiones en posición vertical.
Además de una belleza apabullante, guardan incalculables secretos geológicos. Los flysch que dan lugar a este paisaje tan alucinante, son también el resultado de los últimos 60 millones de años de historia de la Tierra y han presenciado, por ejemplo, la extinción de los dinosaurios.
Otro dato de interés es que cuando chocaron las placas tectónicas de Iberia y Europa fue el momento en el que se formaron Los Pirineos, la Cordillera Cantábrica y Los Alpes.
La vida en Movimiento
Ruta del flysch
Aprovechando que estamos pasando unos días por San Sebastián no podíamos perder la oportunidad de ver el espectáculo natural del Flysch, los acantilados, la rasa mareal, el mar tan azul como blanca la espuma de sus olas.
Nos despertamos temprano y nos metemos en el cuerpo un buen desayuno ya que nos espera una buena pateada, salimos del hotel y en poco más de media hora estamos en Zumaia, nuestro punto de partida.
Aparcamos en las inmediaciones de la estación de tren de Zumaia para después regresar desde Deba en tren a recoger el coche.
Comenzamos a caminar a eso de las 10 de la mañana con una meteo un poco incierta.
Nos encaminamos al puerto para recorrer el paseo marítimo de Zumaia hasta llegar al parque Amaia, plaza donde nos desviamos para dirigirnos directamente a la playa Itzurun.
Como era de esperar una lluvia fina comienza a hacer acto de presencia.
Llegamos hasta la playa, resguardada entre acantilados, pero tenemos que retroceder para coger la calle que lleva a la parte alta de los acantilados.
Vamos atravesando el pueblo, siguiendo las marcas blancas y rojas del GR 121. Una breve subida nos dejará en la conocidísima ermita de San Telmo, uno de los puntos emblemáticos de la ruta desde donde se obtienen unas grandes vistas de los acantilados.
Este punto nos obsequia con una vista preciosa, la ermita de San Telmo se asienta sobre el acantilado de Punta Algorri.
Al otro lado se eleva el Monte Talaimendi sobre la playa Itzurun.
En la ermita comienza el sendero realmente, abandonamos el asfalto y por suerte la lluvia también nos abandona por el momento.
Avanzamos un tramo por el acantilado forrado de verde que constituye Punta Algorri hasta llegar a la misma punta, donde las vistas son un disfrute para los sentidos.
Retrocedemos unos metros para descender por un sendero y llegar a la Playa Algorri y al primer mirador del Flysch que tenemos en este itinerario geológico.
Esta playa presenta flysch en bajamar, pero todavía no estaba lo suficientemente baja cuando pasamos, así que continuamos nuestro camino sin detenernos en ella.
En esta primera parte del recorrido nos alejaremos progresivamente del mar ya que recorrerlo por la costa con marea alta no es posible.
Por el momento el sendero carece de dificultades, aunque llegado a un punto empieza a ascender con moderada pendiente. El paisaje es precioso.
Caminamos cómodamente disfrutando de paisajes verdes de suaves ondulaciones con colinas al fondo.
La subida nos aleja de la costa y desembocamos en el Camino de Santiago del Norte, y tras atravesar un trozo de carretera enlazamos un ancho camino, más llano, por el cual continuamos al fusionarse con el GR-121.
Seguimos el camino marcado, tanto con las marcas amarillas del Camino de Santiago como las blancas y rojas del GR. Pasamos junto a campos llenos de vides de Txakoli y por preciosos prados verdes donde pastan a sus anchas vacas y ovejas Latxas.
Tras un rato andando, llegaremos a Elgorriaga al merendero de Galarreta, un área recreativa que dispone de aparcamiento, merendero y hasta un Foodtruck donde los caminantes que van a Santiago pueden parar a descansar y a comer algo.
En este punto podemos desviarnos del camino para visitar el Mirador Baratzazarrak, pero nosotros decidimos no hacerlo ya que la lluvia sigue amenazando nuestros pasos.
Un poco mas adelante y tras pasar el núcleo urbano de Elorriaga se separa el GR del Camino de Santiago, nosotros seguimos a la derecha entre verdes campos con el mar como telón de fondo y como melodía los cencerros de algunas vacas pastando alrededor.
Pasamos por alguna zona más sombría entre pinos y helechos que nos va regalando espectaculares vistas cuando el bosque se abre un poco.
Vamos descendiendo por el sendero sin complicaciones rodeados de un verde muy intenso y ya empezamos a escuchar el mar cerca. También empiezan a asomar las líneas características del flysch que la erosión del terreno va dejando al descubierto.
La bajada nos deja en el mirador Portutxiki, un balcón en que merece la pena detenerse un momento y asomarse a mano derecha para ver toda la zona de acantilados que hay entre este punto y Zumaia.
En apenas unos minutos, iremos del citado mirador a la playa de la Sakoneta, sin duda el mejor punto para admirar el Flysch en todo su esplendor.
Es un paraje realmente precioso y peculiar. Una maravilla de la naturaleza que se destapa en cada bajamar. Una lástima que cuando pasamos no lo pudimos contemplar en todo su esplendor ya que la marea aún estaba alta, pero pudimos admirar de cerca las curiosas formas del Flysch.
El siguiente tramo de la ruta del flysch es alucinante. Tras cruzar el pequeño arroyo Errotaberri que desagua en Sakoneta comienza lo divertido. Subimos y bajamos empinadas cuestas para sortear acantilados forrados de verde que a cada paso nos presentan espectaculares imágenes de la costa del flysch, en variedad de colores: marrones, negros, anaranjados, blanquecinos.
La cala mayor, al otro lado de la punta de Sakoneta se ve salvaje e impactante. La marea está alta y es una pena porque la rasa mareal es espectacular en toda esta zona
Últimas vistas hacia Sakoneta, el camino baja un poco y nos regala nuevas perspectivas
Como decía, por el camino se obtienen unas vistas magníficas de los acantilados. El sendero está balizado como GR y no hay pérdida, así que continuamos caminando hacia la playa de Mendata.
Tras pasar por este bonito rincón comienza el ascenso Punta Aitzuri, una colina que se eleva más de 130 metros sobre el mar, donde otro bonito mirador de la zona nos espera. En este punto pasamos muy cerca de las vías del tren, tren que cogeremos más tarde en Deba para volver a Zumaia.
Una vez llegamos casi a lo más alto, vemos a nuestra derecha unas indicaciones para el mirador de Mendatagaina, no apetece continuar subiendo ya que comienza a chispear pero solo son 5 minutos y te aseguro que las vistas merecen la pena, pues admiramos la belleza del camino recorrido desde Zumaia.
Lo que parecía una lluvia fina se ha convertido en una buena tromba que no nos impide disfrutar de unas increíbles vistas de Punta Sakoneta y Punta Mendata. Este uno de los miradores más impresionantes, sino el más, de la ruta del Flysch.
Descendemos y nos internamos en el bosque y parece que la lluvia nos abandona. Cambian por completo los olores y las sensaciones en un medio más umbrío. Bordeamos la playa Itxaspe envueltos entre la vegetación, por un camino embriagado por los aromas de la lluvia recien caida.
Este tramo es casi llano y muy agradable. Llegamos a lo debía ser una antigua vía de tren ahora desmantelada, algo así como una vía verde. Pasamos bajo un túnel, y comenzamos a subir de nuevo.
Pasamos por el desvío a otro mirador es el de Itxaspe, al que no llegamos a bajar ya que la lluvia seguía amenazante. Elegimos continuar hacia Deba. Y a partir de aquí , el sendero que venía con buena señalización se vuelve complicado. Bifurcaciones sin señalización, misteriosa ausencia de carteles o marcas, mi sentido de la orientación es presionado para que responda pero en ocasiones hay que mirar el GPS que siempre lo llevo cuando voy a una zona que no conozco.
El camino desciende hasta llegar a la depuradora de Arranomendi, que rodeamos, y otra subida bastante pronunciada nos deja en la carretera, la cual cruzaremos por un puente de madera.
Junto a unos pastos superaremos la última subida que nos lleva a la Ermita de Santa Katalina, cuyo origen se remonta a 1595 y está dedicada a Catalina de Alejandría.
Esta ermita daba cobijo a los peregrinos del Camino De Santiago desde el siglo XVI y es un auténtico balcón a la Costa Vasca.
Última mirada atrás para observar todo lo recorrido antes de continuar la marcha.
A partir de aquí, comenzaremos un largo descenso hacia Deba pasando por granjas y pastos para después descender por un bosque.
Llegamos a un punto donde el GR de nuevo se junta con el Camino de Santiago hasta llegar a Deba. Este último tramo es bastante incómodo, se baja por un camino empedrado con mucha pendiente, parece como caminar por flysch.
Finalmente llegamos a Deba, bajamos por unas escaleras que comunican la parte alta del pueblo con la baja, pasamos por la Plaza Foruen y nos vamos hasta la playa para terminar ahí nuestra ruta.
Ya solo nos queda buscar un buen sitio para comer y reponer fuerzas y buscar la estación de tren de Deba para regresar hasta la estación de Zumaia, donde recogemos el coche.
Sin duda, es una ruta costera impresionante y de las más espectaculares de Euskadi. Hay que tener en cuenta que es muy popular pero no por ello sencilla. La ruta es un continuo sube y baja que no da tregua, pero solo por la belleza paisajística merece el esfuerzo de cada paso.
Espectacular ruta las fotos muy bonitas y originales. ME HA GUSTADO MUCHO