Un largo camino

Mis entradas cada vez son más espaciadas, pero no hay ninguna novedad importante y no me gusta el auto machaque ni la compasión en general.

Ya conozco el camino que tengo por delante pero no me alivia saberlo, lo he recorrido otras veces y por eso conozco sus recovecos y sus muchas curvas. Es largo y tortuoso, pero siempre conduce a un lugar mejor, mis queridas montañas.

Diario de un lesionado: Capitulo 2

Nueve meses 

La lesión y yo ya vamos para nueve meses juntos, y eso que no me gusta su compañía. Va mejorando, pero levemente y de forma exasperante, pero sigo luchando, no me he dado por vencido ni lo haré.

He hecho y probado todo lo que me han recomendado y seguiré haciéndolo. He sufrido y padecido esta situación de paro deportivo, sobre todo mentalmente, pero también he aprendido a convivir con ello y a sobreponerme. Me ha costado, pero una vez encajado el golpe y sabiendo que el camino será largo he terminado aceptándolo. 

Esta lesión tiene tela de guasa. La evolución es como «la hoja de un serrucho». Hay días que parece que el dolor no está, que por fin se ha ido y pienso que casi estoy recuperado, y otros días sin saber por que, vuelve la extraña sensación en la rodilla y todo parece que vuelve a empezar. La clave es no desmoronarse, no me queda otra que cultivar afanosamente el don de la paciencia, conservar como un tesoro el fiel optimismo al que me aferro siempre y seguir por el camino.

Durante todo el mes de octubre he estado yendo al fisio tres veces a la semana con sesiones que incluyen desde masajes de descarga, movilidad articular y estiramientos, hasta una técnica más novedosa, diatermia con radiofrecuencia. Todo esto sumado a la electroestimulación y los ejercicios isométricos que hago en casa ha conseguido rebajar la lesión dándome muchas ilusiones. Hay un ‘’tope’’ en la rodilla izquierda y moverlo es forzar algo que todavía no está listo para recibir actividad de impacto. Estoy poniendo todo de mi parte, más allá de lo relatado y de ir al fisio. Sin embargo, aun queda mucho trabajo por delante.

He tenido un par de visitas más al traumatólogo con radiografía axial de la rótula incluida, una que aun no me habían hecho. Ahora toca esperar el resultado. Cuando ya había digerido lo del edema, ahora estoy ‘masticando’ que tengo otra cosa que posiblemente sea la que causo el edema, no se muy bien que… El caso es que tendré que esperar a lo que me dice el traumatólogo cuando vea la ultima prueba.

También he ido a un medico rehabilitador que me ha dado unas pautas para conseguir el equilibrio de la articulación, ya que hay una descompensación en el cuádriceps debido a la lesión y esto tiene que corregirse si pretendo recuperarme bien lo antes posible.

Fortalecer mucho el cuádriceps es lo que toca hacer ahora, ejercicios con theraband y fitball, nadar, bici y esperar a ver cómo evoluciona esa parte de mi cuerpo. Como el médico me dijo, »muchas veces depende más de la fortuna que del propio curso de la lesión».

Es el momento de respirar hondo, silenciar al derrotista demonio que se ha instalado en mi cabeza de un grito, recordar de dónde vengo y quién soy, y sin salirme del camino, seguir adelante, fijando la mente en cada paso, cada latido, cada respiración, porque cuando el camino salga del bosque podré ver más cerca mis queridas montañas.

Lo cierto es que el camino hasta ahora ha sido largo y no tengo claro si lo que me queda es mucho o poco. Por lo pronto monto en bici a ver si se me hace más corto. En las próximas semanas podré sacar más conclusiones. Lo que sí he ganado es algo de confianza a base de ir quitándome presión. La pérdida de forma y no tener un horizonte marcado han dejado de ser mi principal preocupación y obsesión. Sé que saldré antes o después y lo que estoy aprendiendo es a ver las cosas de forma diferente. He empezado a sumar en lugar de restar con esta situación y me está haciendo más fuerte. De todo se aprende.

Quiero agradeceros a todos, a los más cercanos y a los menos, vuestras muestras de apoyo y comprensión en estos momentos. Todo han sido ánimos y buenos deseos, y eso también te hace ver que merece la pena sentarse a contar otras cosas que no son mis aventuras y desventuras por las montañas.

Y para terminar esta entrada hoy quiero compartir un poema que leí hace ya muchos años, un texto de una belleza extraordinaria en forma y fondo de los que marcan un antes y después en nuestra existencia.

NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
«Emito mis alaridos por los techos de este mundo»,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros «poetas muertos»,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los «poetas vivos».
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas…

Walt Whitman

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